jueves, 19 de abril de 2012

LA MONARQUÍA Y LO QUE EN LOS PERIÓDICOS NO ESTÁ

La imagen patética de un monarca excusándose por haber sido sorprendido en una de sus habituales juergas cinegéticas le ha parecido de lo más honrosa a la práctica totalidad de la prensa convencional. Nos quedan, menos mal, los francotiradores de guardia (Josep Ramoneda, Maruja Torres,...) que colocan en tan penoso panorama sus opiniones críticas al respecto. Pero, más allá de las vicisitudes de la familia real y las consiguientes polémicas, la cuestión de fondo, en este caso concreto como en otros muchos, es la distancia sideral existente entre la opinión que hallamos en las páginas de los periódicos y la que se expresa a través de las redes sociales. Y lo que es peor, ya no sólo en materia de opinión sino en cuanto a pura y dura información, medios tradicionales y universo virtual parecen habitar planetas diferentes. Porque demasiadas veces, ciertas informaciones de las que tendrían que abastecernos los periódicos han de rastrearse por otras vías. Me refiero, por ejemplo, a la reciente muerte de un joven a causa del impacto de una pelota de goma lanzada por la policía autónoma vasca. El enorme escándalo y debate que tal suceso produjo en la red no se reflejó en su justa medida por parte de las cabeceras tradicionales de la prensa española. ¿Que la policía mate (sea por accidente o negligencia) a un joven no es un hecho lo suficientemente noticioso? Evidentemente lo es pero da la impresión de que la agenda de los medios convencionales y la de la redes sociales discurren por diferentes trayectorias, alejadísimas entre sí. Se me ocurre otro ejemplo más: en pleno temporal hispanoargentino TVE decidió (¿como parte de las represalias anunciadas por el gobierno?) suspender la emisión del capítulo de Españoles por el mundo dedicado a la Patagonia. La mofa ante tan estúpida decisión se extendió por las redes y el detalle puso en evidencia la sobreactuación del ejecutivo de Rajoy con motivo de la expropiación de YPF. El detalle revelador apenas tuvo mención en la "prensa seria".
Las empresas periodísticas llevan tiempo obsesionadas por reinventar su modelo de negocio y expandir su influencia en la red. Pero esa obsesión suele traducirse casi exclusivamente en presuntas mejoras técnicas, búsqueda de herramientas que epaten al lector, variaciones continuas en el diseño de las páginas. Como si cambiando el envoltorio los veleidosos lectores fueran a emprender el regreso al hogar. Como si los contenidos careciesen de importancia.
El problema es que en twitter o en la blogosfera encontramos lo que en los periódicos no está. Opiniones irreverentes, libertad de criterio absoluta, informaciones ajenas a toda corrección o conveniencia, investigación sin cortapisas, análisis heterodoxos. También una enorme cantidad de imbecilidades, chistes sin gracia, falta de rigor, linchamientos injustos. Es una jungla, sí, pero en esa jungla, con las coordenadas adecuadas, podemos hallar una aproximación a la verdad que, hoy por hoy, resulta mucho más ajustada que la que los medios convencionales nos ofrecen.
Y más allá de lo virtual, merece una mención la exitosa salida al mercado de la revista satírica Mongolia, editada en papel y cuya repercusión con un solo número en la calle ha dejado en ridículo a todos aquellos que pontifican sobre lo adecuado y lo inadecuado, sobre las obligaciones tecnológicas, internet y pamplinas varias.
Amo los periódicos, disfruto manchándome los dedos de tinta cada mañana, pero de modo cada vez más habitual me sorprendo con la prensa a medio leer acudiendo a las redes sociales y blogs para saber qué es lo que está sucediendo, qué opiniones o análisis pueden enriquecer mi visión del mundo, cómo reirnos en estos tiempos tragicómicos que vivimos. Naturalmente que gran parte de los periodistas y columnistas que me interesan siguen publicando en los medios tradicionales (Miguel Mora, Jacinto Antón, Antonio Muñoz Molina, David Gistau, Manuel Hidalgo, Claudi Pérez, Xavier Vidal-Folch, Joaquín Estefanía...). Pero cada vez hay más en la periferia virtual, en ese embrollo de blogs y publicaciones digitales y cuentas de twitter.
En twitter, precisamente, se escucha hoy el clamor de quienes no ven reflejada en las portadas de la prensa escrita la pluralidad de este país. Y así, con la desconfianza de los usuarios de la comunicación en ascenso, no hay modelo de negocio que valga.

1 comentario:

  1. Desde luego que hoy la información la tienes que buscar en muchos y diferentes medios, ya que muchos huelen a podrido. En cuanto a lo de Mongolia, totalmente de acuerdo, un soplo de aire fresco¡¡

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